COFRADEMANIA

domingo, 26 de abril de 2009

Cuestión de talante, Manolo


Vaya por delante mi admiración, en el sentido más amplio de la palabra, por Manuel Muñoz Natera. Mi admiración por muchos motivos, porque virtudes tiene, y bastantes. A su arrojo y valentía habituales, une un dominio de las distancias cortas que le hace gran dominador de ciertas situaciones. Además, su estilo directo y sincero es más que evidente que llega a la gente.
Y sin embargo, es también obvio que no pasa la legislatura de Manolo por buen momento, y quizá sea bueno que él mismo lo vea para saber poner remedio. Porque recursos y habilidad para ello, los tiene. Sin embargo, la Semana Santa de 2009 ha dejado muy debilitado a un Consejo que parecía infranqueable hace escasos meses, debido en mi humilde opinión a las formas. Principalmente, al talante, al estilo...
De un tiempo a esta parte se está cuestionando incluso la gestión del dinero para Caridad que se hace desde el Consejo, o la ubicación de los palcos en la Carrera Oficial. También está en entredicho la actitud, siempre a la defensiva, del presidente hacia el gobierno municipal, en un constante enfrentamiento que no beneficia absolutamente a nadie. Y podría seguir enumerando los problemas que el bueno de Manolo Muñoz Natera debe solventar, y en breve plazo.
Porque lo último, lo que no ha gustado absolutamente nada a nadie, es la actitud del Consejo esta pasada Semana Santa, aunque es un problema que viene coleando desde hace meses. No creo que nadie, y repito, nadie, deba dirigirse a un nazareno que está realizando su estación de penitencia. No creo que nadie del Consejo deba recordarle a nadie su horario e itinerario, o las horas que tiene de paso. Para eso no está el Consejo, o al menos, así lo creo yo.
El Consejo está para ayudar a las cofradías en cualquier cosa que necesiten en su estación de penitencia, no para imponerle criterios, obligaciones o recorridos. Por tanto, el silencio del diputado de cruz de la hermandad de la Defensión es más que admirable, así como la paciencia demostrada si se comprueba que fue insultado por un consejero.
Pero claro, como por nada de esto se pidió disculpas, el problema se ha agravado, ya que la hermandad de la Defensión ha solicitado por escrito la dimisión o el cese inmediato de ese consejero. Y a mi entender, si no media la disculpa inmediata de quien corresponda, hace bien la hermandad en pedirlo.
Como hacen bien el resto de hermanos mayores en quejarse de esa actitud del Consejo, que también sufrieron otras cofradías como el Prendimiento o la Soledad este año, o la Coronación el año pasado, cuando el propio presidente se dirigió al hermano mayor instándole a meter la cofradía en Carrera Oficial a la mayor brevedad posible.
Que no, Manuel, hazme caso. Que para eso no está el Consejo. Que está para ayudar a las hermandades, no para imponerles nada. No debe jamás olvidar un presidente que ha sido votado por las hermandades de la ciudad, por lo que las representa. Siempre, y en todos los ámbitos. Por tanto, si se denuncia la actitud de un párroco con una hermandad determinada, tu misión es estar al lado de la hermandad que reclama tu ayuda. Si te piden las cuentas desglosadas, tu labor es hacerlo sin dilación...
Vienen tiempos difíciles para el Consejo, no hay quien dude ya esto con los hermanos mayores haciendo quinielas en los bares sobre el número de votos necesarios para una moción de censura o para cambiar de nuevo la Carrera Oficial, esa que no gusta a casi nadie pero que todo el mundo luego apoya. Vienen tiempos difíciles, decía, y necesitamos de un presidente sereno, confiado y con criterio. Y si escribo esto, es porque todavía confío en que Manuel Muñoz Natera sepa reconducir una nave que ahora mismo parece a la deriva.
(Artículo publicado en LA VOZ, el 26 de abril de 2009. Foto: www.latrabajadera.com)

Este Viernes hay que arreglarlo


El Viernes Santo tenía pinta de terminar de enredarse, y conforme pasan las horas así está ocurriendo. Y está pasando porque pese a cumplir los horarios e itinerarios marcados, algunos hermanos mayores siguen quejándose amargamente de los horarios que les han impuesto desde el Consejo.
De lo primero que se quejan es precisamente de eso, de la imposición. Bien es cierto que, pese a las múltiples reuniones que habían tenido, los hermanos mayores del último día de nuestra Semana Santa habían sido incapaces de ponerse de acuerdo en unos itinerarios lógicos, y todas las alternativas pasaban porque la Piedad abriera el Viernes Santo. Una vez descartada esa idea por parte del Consejo y de la Delegación Diocesana, se ofreció al Santo Entierro pasar en otro orden por la Carrera Oficial, a lo que se negó la cofradía que preside Domingo Díaz. En esta tesitura estaban cuando se entregaron los horarios definitivos, que apenas incluían modificaciones, salvo los quince minutos de más que se daban al Cristo de la Expiración, o el paso de la Soledad por delante de la Piedad de nuevo por Tornería.
Y esos fueron precisamente dos de los puntos de mayores conflictos de la jornada. Así, el Cristo de la Expiración salía a la hora impuesta, y en un alarde de responsabilidad cumplió todos los horarios, entrando adelantado en muchos puntos de control. Sobre la mesa, una reivindicación implícita, la de volver a salir a las cuatro y media de la tarde. Pero pese a cumplir todos los horarios, la hermandad del Cristo argumenta que su velocidad es inapropiada para una cofradía de su corte, ya que el palio del Valle iba demasiado rápido en la mayoría de puntos de su itinerario.
Algo parecido le ocurrió a la Soledad, que modificó su itinerario de salida, rodeando la plaza del Mamelón. Desde que salió el paso de palio de la cofradía la hermandad se quejó de la excesiva velocidad que debía imprimir a la cofradía para poder alcanzar todos los controles horarios. Y en el aire queda la queja de la cofradía por la actitud del Consejo, que le instó en repetidas ocasiones a que respetara y cumpliera sus horarios hasta que el palio de la Soledad estuviera en la Porvera, para que la cofradía de la Piedad pudiera pasar por la calle Francos sin retrasos.
Y esta cofradía, la última del día, todavía afectada porque pese a recogerse tan sólo siete minutos tarde, tuvo de nuevo que entrar pasadas las dos y media de la mañana. Y curiosamente, la misma queja, la velocidad a la que deben llevar a la cofradía por las calles de Jerez para poder cumplir los horarios. Pero claro, pese a que se cumplieron escrupulosamente, y el presidente del Consejo ha felicitado a todas las hermandades por ello, el palio de la Piedad tuvo que aligerar su paso por las calles Larga y Lancería, y la cruz de guía de la hermandad del Cristo retenerse cuando subía por la plaza de la Asunción, para evitar un atasco en toda regla en la plaza del Arenal. Así al menos lo han confirmado los hermanos mayores de ambas cofradías, lo que refleja la desafortunada configuración de los horarios del día, que es más que evidente que habrá que modificar para el año que viene.
Por otro lado, Loreto y Exaltación son las dos cofradías que menos problemas han tenido, aunque la hora de salida de la cofradía de las Viñas le obliga a hacer un esfuerzo impagable, y el hermano mayor de la cofradía ya ha argumentado en más de una ocasión que por su parte ya poco más pueden hacer para el bien común del Viernes Santo.
Y queda una última cuestión en el aire, que es la Carrera Oficial. Porque todas las cofradías del Viernes Santo se quejan de que apenas llegaban a los controles horarios, exigiendo algo más de tiempo. Pero al menos, cumplieron. Y ahora, son ellas las que pueden exigir.
(Artículo publicado en LA VOZ, el 26 de abril de 2009. Foto: Esteban)

lunes, 20 de abril de 2009

¿Y si la coronamos por esto?


Nadie presagiaba lo que iba a ocurrir el Domingo de Resurrección en la Plazuela. El sol había acompañado todos los días de la Semana Santa, y el Jueves Santo amaneció soleado, como sus anteriores. En la capilla de la Yedra se respiraba el ambiente propio del Jueves Santo, la alegría marcada en los corazones de los que iban a acompañar a la Esperanza y al Sentencia durante la Madrugá, esa noche de Jesús que siempre acaba en mañana de Esperanza.
Pero cuando la cofradía de la Yedra estaba saliendo de la Catedral, una fina llovizna acompañaba el discurrir de los nazarenos de la corporación, que decidía de manera inteligente regresar a la Santa Iglesia Catedral. Tras las deliberaciones pertinentes, y según ha comunicado el propio hermano mayor, José Carlos Morales, la Junta de Gobierno decidió de manera unilateral suspender su estación de penitencia justo en el ecuador de la misma, dejando para el Domingo de Resurrección la vuelta triunfal de la cofradía hasta su capilla. Muchos criticaron esta decisión, aunque lo que es evidente es que llovía en Jerez, y la Plazuela no está precisamente cerca del primer templo jerezano, por lo que la decisión fue a todas luces acertada.
La estancia en la Catedral no fue sencilla para nadie. Por todos es conocida la escasa colaboración que reciben las hermandades que deben permanecer en el templo jerezano, y la de la Esperanza no fue una excepción. Es evidente que la procesión de regreso a casa no podía parecerse en nada a la llegada a la Catedral, puesto que en la Madrugá se conmemora la muerte de Jesucristo, y el día fijado para el regreso era precisamente día de fiesta, de gloria por la resurrección del Señor.
Para ello, la hermandad quiso cambiar el exorno floral completo, adquiriendo calas blancas que acentuaban la clase y categoría de una cofradía siempre pendiente del último detalle, y cambiaron la túnica al Señor, poniéndole la blanca y quitándole las potencias y la corona a la imagen. Una estampa por mucha gente deseada, que costó la propia vida debido a la escasa colaboración de los responsables del primer templo jerezano.
Y no debía ser así. Y no debe ser así. Pero así fue, lo que no quitó para que la cofradía saliera el Domingo de Resurrección a las cinco de la tarde, con la banda de la Sentencia sonando atronadora tras el misterio de la cofradía, y el palio de la Esperanza esperando altanero en el interior de la Catedral.
Su barrio, el que la adora cada día en su pequeña capilla de la calle Sol, había venido hasta allí para recibirla, y cuando la cofradía salió a la calle el Reducto de la Catedral estaba lleno de gente deseosa de acompañar a sus titulares por todo el recorrido.
Pero pese a que era de esperar, nadie podía imaginar que un gentío, un mar de fieles, envolverían el manto de la Esperanza a su regreso a la capilla de la Yedra. Por todos los rincones por los que cogió la cofradía la multitud se agolpaba, queriendo ser testigos de lo que se sabía estaba siendo el preludio de la coronación canónica de la Esperanza.
Había ganas de comprobar el tirón, la fuerza de la devoción de la Esperanza, y en el regreso a la Plazuela se pudo comprobar que en la actualidad no hay una cofradía en toda la ciudad que tenga mayor poder de convocatoria que la de la Plazuela, ni una dolorosa con una devoción mayor que la Esperanza de la Yedra.
La banda de la Fundación, sin parar de tocar, quiso poner la guinda cuando tocó Coronación de Marvizón a la altura de la casa de hermandad, pero ya era remarcar lo obvio. Es la Esperanza una devoción que no cabe en trece volúmenes, por muy bien presentados que estén. Es la Esperanza un huracán de devociones, y la prueba palpable de que María está presente en la Plazuela.
(Artículo publicado en LA VOZ, el 19 de abril de 2009)

lunes, 13 de abril de 2009

La llamá de Castañeda


Castañeda no debe tener más de cinco años y él no sabía que iba a cambiar una cuadrilla. Nunca lo supo, y quizá un día alguien se lo cuente cuando sea algo mayor. Incluso puede que alguien le enseñe este artículo, y recuerde aunque sea de manera imprecisa aquella chicotá en la que estuvo bajo su Cristo Rey, mandando soberano en los medios de la plaza de San Marcos. Eran las once de la noche, cuando un costalero me dijo que debajo del paso iban un costalero de más. Indignado, corrí hacia los faldones del paso de misterio. No había sido una salida fácil para mí, alejado de mis cariños, de mis amores. No había sido fácil convencer a la cuadrilla de que queríamos lo mejor para ellos. No había sido fácil nada en Cristo Rey. Así que levanté el faldón, pensando que teníamos que solucionar el último problema de la noche, cuando vi dos zapatitos, blancos inmaculados, y un corazón enorme que no le cabía en el pecho. Miré a quien me había avisado que, sonriendo, me enseñó la ropa del chiquillo, y me dijo resignado que había cosas que no se pueden controlar. Supongo que sería su padre. No acerté en ese momento a preguntar nada más, porque sabía que estaba viviendo uno de los momentos mágicos de la Semana Santa. Lo que no pude siquiera imaginar era que su capataz, el que será ya su capataz para siempre, Martín Gómez, le llamó a él antes de levantar el paso, y Castañeda respondió con voz clara, gritando a los cielos su amor por Cristo Rey. Fue la mejor levantá de la noche, y me volví con los ojos inundados en lágrimas. Y justo en ese momento, supe que la cuadrilla había cambiado, y que yo ya era parte de ella. Gracias a ti, Castañeda. Ojalá te vea cada año bajo tu Cristo, porque ya eres su costalero.
(Artículo publicado en LA VOZ, el 7 de abril de 2009)

viernes, 10 de abril de 2009

Ser de la Soledad


Llevaría su cántaro, con el agua fresca que mana de su boca, hecha de la mejor miel y azúcar. Moriría por Ella, porque cual templario negaría la razón más evidente bajo el calor de su eterna mirada. Mataría si fuera preciso por ser el trovador que defendiera que es el centro de mi vida, de mi fe, de mi existencia. Le gritaría a los cuatro vientos que la Soledad, sí tú, mi Soledad, es aquella a la que busco, tarde sí y tarde también, en la propia soledad de mi vida, cuando viajo sin destino y siempre acabo frente a un azulejo bendito que me recuerda la locura que a veces presiento. Ser de la Soledad no se elige, te viene impuesto por una vida a veces demasiado cruel, que Ella sabe concentrar en el poder de sus dos manos agarradas al clavo ardiendo de nuestra salvación eterna. Cómo se va a elegir ser de la Soledad, si es la advocación más grande que puede existir, en la que todos tenemos cabida, a la que todos alguna vez tendremos que enfrentar la mirada... Mejor aferrarse a esa mirada perdida, a su cintura coqueta, al leve desaire de su cuello que la obliga a no mirarnos de frente para recordarnos que sí, que la vida es soledad en algún momento, pero que Ella, desde su palio del color que el cielo quiera tener, nos ampara, protege y socorre. Siempre perdido en la Soledad, así quiero vivir. Siempre perdido en su manto, al que tengo la suerte de poder abrazar cada Viernes Santo. Siempre Ella. Siempre la Soledad. Siempre ella... Siempre, mi Soledad.
(Artículo publicado en LA VOZ, el 10 de abril de 2009. Foto: Martín Gómez)

El Viernes Santo es el fin de la Semana Santa, a la espera de un sábado mejor


Hay ganas de Sábado Santo entre los cofrades de la ciudad, y eso se nota. Y mucho más este año, donde gracias al buen clima y al buen hacer de todas las cofradías, los cortejos procesionales se han visto acompañados de numerosos fieles durante todo su recorrido. Por tanto, no es de extrañar que pese a que el viernes sea el broche de oro de la Semana Santa jerezana, muchos cofrades pongan rumbo mañana sábado a Sevilla o Granada, donde este año hay una magna de palios, para continuar saciando la sed de cofradías que existe en la ciudad. Por tanto, el Viernes Santo es el último día de procesiones en Jerez, y de procesiones con nombre y apellidos, grandes en devoción, historia, arte y cultura, y un buen ejemplo de avance en las cosas que siempre han demandado los cofrades.
A saber, desde la parroquia de las Viñas nos llega la hermandad de la Exaltación, que inmersa en la celebración del cincuenta aniversario de la cofradía, estrenará este año el frontal del paso de misterio, tallado por Pineda, los faldones, pintados por el artista portuense David Calleja y alguna figura secundaria del paso de misterio. Y a estas obras deben sumarse las que estrenarán con motivo del aniversario de la cofradía, que pasarán por los guiones sacramentales y de penitencia, y algunos avances más en el paso del Señor. Así que desde la Fábrica de Botellas se nos presenta una cofradía que durante años se ha volcado en el paso de palio de la Concepción y que ahora, a pasos agigantados, intenta compensar esas carencias con ideas frescas e innovadoras que la sitúan entre las hermandades más activas de nuestra Semana Santa.
En el barrio de San Pedro reside la hermandad del Loreto, una cofradía decimonónica donde las haya, y que plantea una alternativa estética al resto de la jornada, así que no debería perderse el paso de esta cofradía por Antona de Dios a la salida, o por la calle Tornería de recogía. Una delicia para los sentidos, con buenos mandos en el martillo y un criterio claro y afinado en la dirección de cofradía.
María Santísima del Valle luce coronada desde el pasado mes de noviembre, así que por primera vez en su historia le hará sombra al Cristo de la Expiración, hasta ahora dueño y señor de la cofradía que llega desde la Ermita de San Telmo. Será buen momento para apreciar de nuevo la fastuosidad de la corona de oro, elaborada por Orfebrería Triana, o el magnífico paso de palio de Carrasquilla, así como perderse en la melena al viento del Cristo de la Expiración, que juega caprichosa con los claroscuros de la vela de la cruz.
Y por supuesto, será el momento de acordarse que Cristo ha muerto por nosotros, gracias al Descendimiento que viene desde la calle Porvera, o al Santo Entierro que llega desde la calle Taxdirt. Cristo ha muerto, y hasta el domingo de resurrección hay que velarle en la soledad. Soledad, que llega con un clavo en las manos, con la mirada perdida del dolor y el corazón abierto en el pecho. La soledad, la advocación más grande de la Semana Santa, porque a todos acoge. La Virgen de todos, la Señora de todos. La Soledad, la Reina de la Porvera.
(Artículo publicado en LA VOZ, el 10 de abril de 2009)

jueves, 9 de abril de 2009

Son unos indeseables


Ya no se trata de tener respeto, sino educación. Y esa, se aprende en casa. Lo de esta Semana Santa es alucinante, de corazón lo digo. Es absolutamente imposible disfrutar de una buena cofradía en la calle, o es que yo me estoy haciendo mayor, viejo, cascarrabias o plomazo, como quieran ustedes calificarme. Pero a mi queja sobre el uso del móvil, puedo sumarle lo ocurrido en la Tornería cuando pasaba la Clemencia. Domingo y Lunes Santo no había visto cofradías, puesto que hice sendas estaciones de penitencia, y me disponía a disfrutar de uno de los pasos que a mi humilde entender, hace raya en Jerez. Así que ahí estaba yo, alojado en una bulla aplastando a un cura que con la vara miraba sorprendido la escena. Cuando me disculpé, me dijo sonriendo que no pasaba nada, que a él le gustaba que la gente estuviera cerca del Señor, que mejor una bulla a ir sólos por la calle. Una vez repuesto de ese ataque de cofradierismo de un sacerdote que me llenó de orgullo, una voces salieron del gentío, y cuando estaba dispuesto a repetir la escena de Fátima, dispuesto en esta ocasión con pistolas a que nadie me arrebatara las seis o siete marchas que empalmó la banda de los Gitanos y que aguantó sin problemas la formidable cuadrilla, resulta que las manos se dirigieron hacia arriba, a uno de los balcones de la calle Tornería. Y ahí que me vi, sorteando los escupitajos que tres adorables chiquillos iban soltando a todo aquel que pasara por allí. Y claro, se me vino a la mente la imagen del padre de la criatura, sentado con las babuchas frente al televisor, viendo una serie de Telecinco, y riéndole las gracias a los pequeños... Es que son tan monos, ellos... Lo que les decía, alucinante. Hay cosas que hay que aprender en casa...
(Artículo publicado en LA VOZ, el 9 de abril de 2009. Foto: Esteban)

El día del Amor Fraterno, el que acaba envuelto en Esperanza


El Jueves Santo es sin duda uno de los días más importantes del año, el día del Amor fraterno, el de la institución de la Eucarsitía. Los Oficios llegarán a todas las parroquias de la diócesis, y las hermandades sacramentales se volcarán en la adoración del Santísimo Sacramento. Así que sería bueno comenzar el día visitando las iglesias que monten monumentos eucarísticos, como la mayoría de los conventos o las sedes de hermandades sacramentales, como San Miguel. Una vez hecho esto, y si ha comido ya las obligadas torrijas para merendar, podrá comenzar a ver las cofradías que de manera ininterrumpida, nos llevarán desde el Santuario de María Auxiliadora hasta la Plazuela, desde las cuatro de la tarde de hoy, hasta las once de la mañana del Viernes Santo, cuando la Esperanza, siempre elegante, siempre risueña, siempre Ella, se recoja entre el calor y la devoción de su gente. En medio, mucho que ver, y aunque parezca mentira, poco tiempo disponible. Así que no olvide disfrutar de la cofradía de la Vera Cruz, desde hace años un ejemplo de cómo se deben hacer las cosas en la calle gracias a la portentosa talla del Santísimo Cristo de la Esperanza. No olviden disfrutar de la cofradía del Huerto, por primera vez sin Manolito Mesa, que estará presente en todas y cada una de las chicotás de los dos pasos de la cofradía. De hecho, deberían acercarse hasta la cofradía de Santo Domingo por la mañana, cuando la alcaldesa y el Consejo en pleno inaugurarán la nueva calle dedicada al querido cofrade del Jueves Santo. Mucho más queda por ver, como el palio del Mayor Dolor, tan rico en bordados como elegante en la orfebrería, aunque la Madrugá centrará muchas de las miradas de la Semana Santa, porque ha pasado de ser un problema de horarios a un ejemplo de compromiso y seriedad de todas y cada una de las hermandades que la componen. No se pierdan la salida del Santo Crucifijo, ni el paso de la Buena Muerte por la calle Ancha. Tampoco olviden que a la Madrugá, en Jerez, se la conoce como la Noche de Jesús, y sobre todo, y como cada año, no olviden que yo les espero en la calle Sol. Porque todos necesitamos algo de Esperanza...
(Artículo publicado en LA VOZ, el 9 de abril de 2009. Foto: Esteban)

miércoles, 8 de abril de 2009

Azules y rojos se disputan el cetro del Miércoles Santo


El Miércoles Santo llega este año con la fuerza que desata el buen tiempo que ha reinado hasta ahora en Jerez en Semana Santa, y que hace que se tengan muchas ganas de cofradías. Así se ha visto ahora en todas las jornadas de la Semana de Pasión, y con seguridad así seguirá siendo hoy, posiblemente el día más completo de la semana.Porque si hasta ahora había ganas de cofradías en la calle, el Miércoles Santo ha supuesto siempre algo más que el ecuador de la Semana Santa. Una vez pasado el paso de palio de la Amargura por la plaza de las Angustias es cuando empezamos a notar sin remedio que la Semana Santa se nos escapa de las manos.Es sin duda un día de colores, dominado por los negros, azules y rojos de toda la vida, pero a los que hay que añadir ahora los carmesí que vienen desde la Granja, o los azules penitenciales y austeros que aterrizan en la Carrera Oficial desde el Consuelo. Seis cofradías hacen estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, y las seis lo hacen con una categoría digna de la mejor corporación de la ciudad. Por un lado, en la Granja saben que se espera, y mucho, del Soberano Poder, e inmersos en la realización de su nueva dolorosa, no han escatimado esfuerzos para llegar a la Carrera Oficial con un paso de misterio de los que causan impresión, y un andar valiente, alejado de las elegancias de otros para buscar la alegría y la fiesta. Barrio puro, armado con el gran trabajo de la Junta de Gobierno de Iván Cote.En el Consuelo se mezclan los sentimientos de quien sabe que debe y quiere irse de las Viñas, pero llegan hasta el palquillo con un paso de misterio prácticamente completado, con una dolorosa de Pedro Ramírez que cada año va ganando en belleza y empaque y con uno de los cortejos mejor formados de nuestra Semana Santa. Una de esas cofradías que pese a ser jóvenes, parece que lleven toda una vida acompañándonos.Y tras estas dos novedades, pues las de siempre. Y que sigan muchos años más, porque son cuatro cofradías de las de verdad, de las que dan sentido a un Miércoles Santo que se ha convertido en el día más esperado de nuestra Semana Santa. Desde la plaza del Mercado llega un año más Santa Marta, una cofradía que desde hace años dio un giro estético que ahora intentan conservar. Al frente de ambos martillos, Jaime Gutiérrez Bustillo, y con él la eficacia y el buen hacer en los mandos. En las Tres Caídas volveremos a vivir en primera persona la fe, la devoción, el cariño de un pueblo hacia la imagen de sus amores. Miles de personas acompañarán al Señor Caído por las calles de Jerez, pero no deberíamos olvidar a Tomás Sampalo al frente de la cuadrilla de Dolores. El Prendimiento será una explosión de flamenco, arte, duende y compás desde la capilla del Asilo de San José, la que parece que será su casa definitiva pese a la cercanía con Santiago, y será la tercera oportunidad de disfrutar de la maestría de Martín Gómez Moreno al frente de un paso de nuestra Semana Mayor. Y desde la calle Medina, envuelta en su manto azul, llega la Madre de Dios. Y con eso, está dicho prácticamente todo.

(Artículo publicado en LA VOZ, el 8 de abrl de 2009. Foto: Esteban)

lunes, 6 de abril de 2009

No hay costeros, no hay excusas... Sale la Cena, es Lunes Santo


El Lunes Santo del 2009 será recordado por mucho tiempo entre los cofrades de la ciudad, porque se vivirán momentos únicos e irrepetibles en la tarde de esta jornada. Es uno de los días más compensados de la Semana Santa, puesto que llegan dos cofradías de corte alegre, una de negro riguroso y otra con corte serio pero con música tras el palio y túnicas de capa. Es por tanto el Lunes Santo un día ideal para poder apreciar las variedades y los contrapuntos de una Semana Santa que ayer tuvo su brillante inicio y que hoy, gracias a la Cena, la Candelaria, el Amor y Sacrificio y la Viga, tendrá un segundo acto de primer nivel. Desde la Plata nos llega la Candelaria, y con ella, la algarabía de un barrio que siempre acompaña a sus sagradas imágenes cuando salen de la parroquia de Santa Ana. Tras el paso de misterio irá el Arahal, una de las bandas con más nombre de la Semana Santa andaluza, y en el paso de palio irá José Luis Erdozáin, una referencia en el mundo de la costalería jerezana por su carisma y su trabajo al frente de los martillos de la Candelaria y la Esperanza, entre otras. La salida de la cofradía, o el regreso por la calle Lealas, pueden ser buenas opciones para ver a esta corporación.Sin embargo, sin son más partidarios de la Semana Santa más austera y rigurosa, la cita será en la Plazuela, cerca de la parroquia de Madre de Dios de donde sale el Amor y Sacrificio. Esta severa cofradía cumple con los ritos más ancestrales de nuestra Semana Mayor cada Lunes Santo, dirigiendo sus pasos hasta la Carrera Oficial en el más absoluto de los silencios y sin las menores concesiones a la galería. Ver Amor y Sacrificio es comprobar que en Jerez, en Semana Santa, hay sitio para todos y todos son bien recibidos, y no debería perderse nunca el estilo de esta hermandad. Entre otras muchas cosas, porque lo único que consigue es sumar y no restar a nuestra Semana Santa. Hay más opciones para este día, ya que también pueden ir hasta la Catedral, de donde sale el Cristo de la Viga. Aunque ya no es el único inquilino del primer templo jerezano, el Cristo de la Viga y Nuestra Señora del Socorro serán siempre conocidos como la cofradía de la Santa Iglesia Catedral. Desde allí sale una corporación que presume de tener el crucificado más antiguo que procesiona en nuestra Semana Santa, y una dolorosa que es copatrona de la ciudad. Un ejemplo de superación y de preocupación por la estética de la cofradía, ya que en los últimos años han cambiado desde el monte del crucificado hasta los faldones del paso de misterio, que este año estrenan gracias al trabajo de Fernando Calderón. Y por último, Él. El Señor de la Cena, el del caminar de ensueño, el de la mirada de ternura. Irá sin el apostolado en el paso del Santo Crucifijo debido al proceso de restauración de su paso de misterio, y será el momento de descubrir una de las imágenes más impactantes de la Semana Santa jerezana. Olvídense de los costeros, de los izquierdos, de la colita del mapache que se perdió en San Marcos. Olvídenlo todo, porque sale el Señor de la Cena a la calle. Y quizá sea hora de que nos fijemos un poco más en El...
(Artículo publicado en LA VOZ, el 6 de abril de 2009. Foto: Esteban)

domingo, 5 de abril de 2009

La apuesta


Cualquier día le regalamos un paso de palio, o un precioso rostrillo para su dolorosa. Con la compra de su ejemplar de La Voz de hoy,podrán llevarse a casa este suplemento de 16 páginas donde podrá comprobar las últimas novedades de cada hermandad, así como su horario, itinerario, recorridos, alternativas y otras muchas sugerencias, que abarcan desde dónde aparcar, hasta los mejores restaurantes donde pueden comer. Pero es que hoy también podrán llevarse a casa la revista más completa de Semana Santa que se edita en nuestra ciudad. Se trata de una publicación de cien páginas donde tendrán reportajes de actualidad de las hermandades, completos análisis de la Cuaresma, de coronaciones canónicas o del nuevo obispo, José Mazuelos, y donde tendrán acceso a una completa ficha con todos los datos de cada una de las cofradías de la ciudad, así como un amplio resumen de la Semana Santa de la provincia. Pero no se queda ahí la apuesta de LA VOZ por la Semana Santa jerezana, ya que hoy también podrán adquirir en su punto de venta el libro del pregón de Andrés Cañadas Salguero, uno de los pregones más recordados de nuestra Semana Mayor y un viejo anhelo del mismo pregonero, que vio presentada su obra ayer gracias al patrocinio de este periódico. Y por si fuera poco también pueden llevarse un completo itinerario donde de manera gráfica podrá comprobar los recorridos de cada cofradía así como sus horarios e itinerarios. Lo dicho, que cualquier día regalamos un paso de palio, o un buen rostrillo para su dolorosa. Así que estén atentos, por lo que pueda caer.

(Artículo publicado en LA VOZ, el 5 de abril de 2009. Foto: Esteban)

Es Domingo de Ramos, el día soñado


Es Domingo de Ramos, el día más esperado del año por todos los cofrades. Es el día de la ilusión de las palmas por Rivero, de los capirotes negros de terciopelo andando por la calle Arcos. Es día de añoranzas por la Ermita de Guía, de fiesta por la plaza de la Merced y de dolor contenido por el Hijo muerto por la Capilla del Humilladero. Es el día más grande del año, y toca disfrutarlo sin medida, sin prudencia. Es hora de abusar del reloj, de marcarse metas imposibles, de intentar ver hasta el último detalle de cualquier paso de palio en una esquina de nuestro Jerez. Es la hora de comenzar a soñar con una Semana Santa que desde ya se nos está marchando entre los dedos sin remedio, y que hay que saber aprovechar.Es tiempo de acordarse de los que ya no están con nosotros, de soñar con la visita oficial de Manolito el del Huerto a cada una de nuestras cofradías, de rememorar el hábito blanco de un buen mercedario que sintió y quiso a la Semana Santa de Jerez más que la mayoría de los jerezanos, porque María de la Merced, la Patrona de la ciudad, corría por sus venas. Es el momento de comprobar la evolución de la cuadrilla de la Borriquita con la llegada de Martín Gómez al martillo de la Escuela, y la confirmación como realidad al frente del llamador de la Estrella del joven Manuel Serrano.Hay que disfrutar del palio de la Coronación, que este año irá con rosas y frexias y estrenando faldones, y por supuesto de la elegancia del paso de misterio de la hermandad de la Albarizuela. También tenemos hoy la oportunidad de ver el palio del Transporte recién restaurado en el taller de Ildefonso, y los intentos de la cofradía de la Merced por ganarse el cariño de una calle que respira Prendimiento por sus cuatro costados. Es necesario que nos demos un paseo por la calle Higueras para disfrutar de uno de los cortejos más elegantes de la ciudad, y soñar despierto cuando la escolanía del Oratorio Festivo cante el Stabat Mater, en una tradición que alguno quiere quitar olvidándose que ya forma parte de la historia propia de la cofradía. Será el momento de despedirse de Nuestra Señora de las Angustias, que cuando llegue el Domingo de Resurrección se retirará del culto para ser restaurada por las prestigiosas manos de Francisco Bazán, el mismo licenciado que ahora mismo está tratando el paso de misterio de la Cena.Es Domingo de Ramos, y hay que visitar los templos que tienen procesiones por la tarde para admirar la belleza del trabajo de las mayordomías. Hay que aplicarse para llenar los palcos que conforman nuestra Carrera Oficial. Debemos esforzarnos por cumplir todos los horarios, y dar testimonio público de nuestra fe a una sociedad cada vez más carente de valores.Es Domingo de Ramos, al fin Domingo de Ramos. No debemos dejar de ir a San Marcos por la mañana para la primera levantá de la Cena en el paso del Santo Crucifijo de la Salud, o ir al patio de la Escuela de San José a tomarse una cerveza cuando el reloj esté marcando el mediodía. Hagan lo que quieran, de estas propuestas, o de otras que tengan. Pero disfrutenlo, porque de nuevo quedará todo un año para volverlo a vivir.

(Artículo publicado en LA VOZ, el 5 de abril de 2009. Foto: Esteban)