COFRADEMANIA

domingo, 14 de noviembre de 2010

Posiciones indignas de un Pleno

Sorprende que todos, salvo uno, hayan firmado el documento que solicitaba un pleno extraordinario para hablar del Sábado Santo. Pero lo realmente desconcertante es que las votaciones casi se repitieran cuando el voto fue, a petición cabal del hermano mayor del Santo Entierro, secreto. En sobre cerrado, con la posibilidad de elegir papeleta, sin firma, sin que nada ni nadie pudiera saber jamás tu elección.
Sorprende, porque es rara la ocasión en la que los hermanos mayores se ponen de acuerdo para algo, todo hay que decirlo. Y me parece indignante que luego alguno se quiera saltar esa unidad. Es indigno del sillón que ocupa que un presidente, ante la unidad de los hermanos mayores, ante una votación que se gana no con mayoría, sino con aplastante mayoría, diga públicamente que no respalda la decisión del pleno, y que se limita a cursar la petición a la Casa de la Iglesia. Es indigno que diga que está únicamente de parte de su obispo, dejando entrever por tanto que las hermandades igual no, cuando un presidente debe situarse siempre, repito, siempre, al frente de las cofradías. Y si no se siente capaz de hacerlo por motivos laborales, morales, religiosos, económicos o de cualquier otra índole, debería dimitir en el mismo momento que cursa la misiva al Obispado. Por dignidad.
Pero igual de indignante me parece que los hermanos mayores no se lo hagan ver al presidente de la Unión de Hermandades. Que se pierdan en batallas cuando tienen la guerra delante. Que pidan un pleno extraordinario para debatir el Sábado Santo, porque así lo pidieron, para que luego se reduzca a firmar, con todo el trabajo ya hecho, con la débil excusa de no opinar nada para que los medios no manipulásemos la verdad. La única verdad es que los periodistas no entran en los plenos, y si sabemos lo que pasa, será porque alguien nos lo cuenta. Y mal iremos si nuestros máximos dirigentes no son capaces de debatir sin pelear. Mal iremos si son capaces de ir al Obispado a escuchar a Mazuelos, sin antes convencer a Natera de que esté con ellos. Mal iremos...
(Artículo publicado en LA VOZ, el 14 de noviembre de 2010)

No hay comentarios:

Publicar un comentario