COFRADEMANIA

domingo, 11 de octubre de 2009

Mi Carrera Oficial

El debate está en la calle, y me apetece entrar. No porque piense que los hermanos mayores han votado una Carrera Oficial mirando la chequera antes que el bien común, la estética, la seguridad o cualquier otro elemento vertebrador que ustedes quieran. Me apetece entrar en el debate porque creo que proponiendo posturas diferentes es como se puede llegar a un buen acuerdo. Y puedo asegurarles que la mía es una visión radicalmente distinta de Carrera Oficial que la que tenemos ahora mismo.
No me gusta la que hay, esa es la verdad. Entiendo la Carrera Oficial como el tramo que todas las cofradías deben ocupar antes de llegar a la Catedral para dotar de cierto orden y concierto a la Semana Mayor, por lo que habría que escoger un sitio concéntrico para la gran mayoría de cofradías de la ciudad. No creo que ese punto sea el monumento de los caballos que existe en la plaza del Mamelón, que es donde realmente empieza la Carrera Oficial de este Jerez bendito. No dejen que les engañen, diciéndoles que la Carrera Oficial no se ha modificado porque no ha variado el palquillo de Toma de Hora, como comentó Natera en una de esas afirmaciones que hace que se te quede una cara de imbécil singular cuando las escuchas.
Ahí comienza la Carrera Oficial porque todas las cofradías deben pasar obligatoriamente por ahí para poder salvar los más de cien palcos que se colocaron antes del Palacio Domecq. Si ya me parecía una barbaridad ir hasta ese punto de la geografía jerezana, imaginen cuando me enteré, hace ya algunos años, que tendríamos que dar la vuelta por Eguiluz para poder alcanzar el principio de la Carrera Oficial, o en su defecto, coger por la calle San Juan de Dios, dando un rodeo absurdo e innecesario por la Porvera.
Hicimos un monumento a las cofradías que sí servía de punto de partida para la gran mayoría de cofradías, y teníamos una plaza de la Asunción inutilizada, pero estéticamente inmejorable para mostrar al resto del mundo, gracias a la televisión, la Semana Santa de nuestra ciudad. Que para eso también esta la Carrera Oficial, claro. Para que se vean nuestras hermandades, una detrás de otra, en otros lugares del mundo o a quien no puede verla en directo por los motivos que sean.
Así que esa es la Carrera Oficial en la que creo, la que va desde el monumento a las cofradías, pasa por la casa de todos los jerezanos, el Ayuntamiento, coge por una mejor utilizada y valorada plaza de la Asunción y busca el Palacio Bertemati, que es hoy encima Casa de la Iglesia. Adecentaría los accesos a la Catedral y subiría por Cruces. Así olvidaría esa última parte de la Carrera Oficial actual que tan bien nos vendieron, la que nos lleva desde la plaza Monti hasta el monumento a Juan Pablo II, de ingrato recuerdo para cuantos pasamos por allí.
El problema, claro está, estaría en los palcos, pero eso es un problema heredado, que reconozco de difícil solución. Nunca habría ampliado la Carrera Oficial así, así que en este mundo ideal que ahora mismo estoy trazando no tendría este problema. En cualquier caso, si hiciéramos un estudio serio sobre la ocupación de los palcos, y la identidad de quien lo hace, estoy absolutamente convencido de que nos llevaríamos alguna que otra sorpresa. Pero estoy esperanzado de que se podrían reubicar la gran mayoría entre la plaza del Arroyo, la ya nombrada plaza de la Asunción, y las calles Consistorio y José Luis Diez, amén de aprovechar al máximo la plaza del Arenal.
Todo esto lo pienso sin la atadura de cobrar mil euros más o menos, que parece que es absolutamente necesario para algunos. Lástima...
(Artículo publicado en LA VOZ, el 11 de octubre de 2009. Foto: LA VOZ)

1 comentario:

  1. Es de agradecer la valentia en la epoca de lo politicamente correcto, yo pirnso que deberia voolver a La rotonda de los casinos de donde nnca debieron moverla pero todo en la vida se puede rvisar si espara mejorar.
    ¿les preocupa a los señores del Consejo cuales son las causas del descenso continuado de nazarenos en los cortejos?

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