COFRADEMANIA

domingo, 20 de septiembre de 2009

Planteo un debate

Todo esto viene porque se ha presentado la nueva dolorosa de la Hermandad del Soberano Poder, o lo que apunta de manera explícita su boceto. También viene al caso porque soy un enamorado del Cristo que ha realizado el mismo escultor, Romero Zafra, para Cádiz. No soy un estudioso de la imaginería cofradiera, tampoco un gran técnico sobre la escultura y el arte en general. Me apoyo más en comentarios de licenciados en Arte, y de grandes conocedores de la materia, así como de mi propio gusto personal, para afirmar que, salvo contadas excepciones, no me gusta lo que se ha hecho en la imaginería procesional de los últimos años en Andalucía.
No es cuestión de comparar tampoco con los grandes imagineros del XVII, o con los grandes genios que tuvimos en el siglo XX, con Ortega Bru o Sebastián Santos a la cabeza, pero donde también destacaban otros artistas como Buiza. Estilos distintos al de Duque Cornejo, al de José de Arce o Martínez Montañés, alejados de la grandiosidad de Juan de Mesa... Pero estilos personales, al fin y al cabo,
Nadie duda de que un Cristo es de Ortega Brú, por ejemplo. Te puede gustar o no, pero sabes que es de él. O que le han copiado, claro. Ya les digo, cuestión de gustos, de estilos, de preferencias, todas respetables, todas sin discusión. Pero me planteo, ahora que la Hermandad del Soberano ha presentado el boceto de su nueva dolorosa, si no sería el momento de corregir ciertos errores de juventud. Errores de falta de dinero, de falta de ideas y de criterios. Porque así se eligieron muchas de las imágenes titulares de nuestras cofradías más recientes, confiando en la pericia de quien trabajaba en serie, sin haber dado un gubiazo en su vida, por el simple hecho de que había realizado para Sevilla tal o cual misterio.
¿Qué son quince años en la historia de una cofradía? ¿Qué devoción puede coger una imagen en ese tiempo? ¿Qué circunstancias personales han podido rodear a la devoción de esa imagen para no poderla cambiar?
Ése es el debate que hoy planteo, si las cofradías de nuevo cuño no podrían aprovechar la oportunidad que la historia les presenta para cambiar de un plumazo su imagen titular, si ésta no tiene el suficiente arraigo o devoción consolidada, o si no cumple con unos mínimos de calidad artística contrastados. Por favor, que nadie se dé por aludido; por Dios, que nadie se sienta atacado, porque es una simple reflexión.
Tenemos en nuestras manos cambiar lo que será el futuro de nuestras cofradías, mejorar algunas de las imágenes de nuestra Semana Santa. Y parece que han llegado artistas capaces de conseguirlo. ¿Por qué no confiar en las inteligentes manos de estos nuevos escultores? ¿Por qué no dejar de un lado ciertos pensamientos arcaicos y reconocer que cuando se fundó tal o cual cofradía se hizo con las premuras del tiempo, con la necesidad acuciante de tener una imagen a la cual poder rezar? ¿Por qué no reconocer que nos pudimos equivocar, cuando no hay un respaldo de siglos por detrás?
Y quien no entienda este razonamiento, que se pase por la parroquia de la Granja, y vea el boceto de la nueva dolorosa de la cofradía. Y que me diga en mi cara si no le apetece tener un misterio completo del mismo artista. Y un San Juan... Y hasta el boceto de su propia madre si hiciera falta. Porque es buenísimo....
(Artículo publicado en LA VOZ, el 20 de septiembre de 2009. Foto: Juan Daniel Carretero)

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