COFRADEMANIA

domingo, 31 de enero de 2010

Pendientes del Obispado

Una cosa es que ahora mismo en la Delegación Diocesana de Hermandades y Cofradías se reciba a todas las cofradías como si estuvieran en su propia casa, y otra muy diferente es que las cofradías crean antes de tiempo que a todo lo que soliciten se les va a decir que sí. Por primera vez, y de manera silenciosa, la delegación diocesana que preside Joaquín Perea Montilla ha puesto los puntos sobre las íes y ha cambiado las reglas del juego. Y de manera ciertamente inteligente además, ya que nadie podrá reprochar absolutamente nada al Obispado.
En el Obispado, y en concreto en la máxima autoridad de la diócesis, el prelado José Mazuelos, se estaba viendo con especial preocupación el exceso de salidas extraordinarias que había en la ciudad, así como la gran cantidad de cultos que estaban enfocados más a un lucimiento personal de la cofradía que a buscar los fines evangélicos que toda asociación pública de fieles debe buscar. Así, en la última reunión que mantuvo con las mesas de hermandad de todas las corporaciones de la ciudad, Mazuelos pidió encarecidamente que se «midiera con sumo cuidado la petición de cultos extraordinarios a esta delegación». No convertir lo extraordinario en ordinario, esa era la idea. Y dejó en manos de las propias cofradías las solicitudes, mientras que dejó bien claro que la delegación diocesana, y en concreto Joaquín Perea, no tomaban ninguna decisión sin consultarla directamente con él.
Y mucho menos, en este tipo de peticiones, que conllevan gastos cuantiosos en épocas de crisis y decisiones arriesgadas. En el Obispado se ha observado con sorpresa el anuncio de varios calendarios de actos con motivos extraordinarios que no habían tenido el preceptivo visto bueno del ordinario del lugar. Si bien es cierto que en todos ellos se dejaba bien claro que se presentaban «pendientes del Obispado», parece mejor idea presentar el calendario completo una vez que venga con sello, rúbrica y membrete de la Casa de la Iglesia. Y así, todos se evitarían complicaciones, como la que ha tenido en esta semana la hermandad de la Coronación, que solicitó la salida extraordinaria de la imagen titular de la cofradía, y que vio con sorpresa que se le aceptaba, pero no con las condiciones normales de este tipo de salidas, sino como un traslado solemne. Pese a los intentos de la corporación del Domingo de Ramos que preside Javier Lucena por conseguir una salida extraordinaria con todos los aditivos, finalmente la delegación repitió en tono firme que la Virgen de la Paz irá a la nueva sede de la Fundación Paz y Aflicción, pero en parihuela a la ida y a la vuelta, si así lo estima conveniente la hermandad.
Esta decisión deja a la cofradía en una situación comprometida, ya que la dolorosa tendrá que ir al lugar solicitado, pero no de la manera que quería la cofradía. Y todo ello sin poder renunciar ahora al traslado, porque dejaría a la parte cultual de la solicitud en un segundo plano realmente flagrante.
Giro de tuerca, por tanto, desde el Obispado. Jugada maestra del prelado, que de esta manera confirma que sí, que está del lado de las hermandades y cofradías, que quiere que tengan una vida cultual intensa, pero que reafirma lo que dijera meses atrás. «Debe haber un motivo realmente especial para solicitar una procesión extraordinaria, algo que recordemos cuando seamos mayores. Un cofrade debe vivir la salida extraordinaria de su imagen una vez en la vida, debe ser algo único...»
Y ahora, las cofradías, a pensar, porque con esta decisión se abre un amplio abanico de posibilidades para ellas. No se ha llamado al orden a nadie en concreto, sino a todas en general. En el Cabildo lo que se aprueba es solicitar a la delegación, no las actividades en sí.
Pero todas ellas quedan pendientes del Obispado. Sobre todo, si se presentan los actos y se comunican antes de tener aprobación eclesiástica...
(Artículo publicado en LA VOZ, el 31 de enero de 2010.)

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