COFRADEMANIA

domingo, 21 de junio de 2009

Lo sacamos hecho polvo...

O muerto. Y yo lo saco vivo. Así que quiero dinero, oiga. Aunque crean que es mentira, frases como ésta se escucharon en el pasado Pleno de la Unión de Hermandades, ya saben, esas reuniones que hacen periódicamente las cofradías, o mejor dicho, sus máximos dirigentes, para intentar gobernar de manera sensata los designios de nuestras corporaciones. Evidentemente, de manera sensata es una opinión mía, al abrigo de las declaraciones de algunos hermanos mayores en dicha reunión.
Hubo otros que dijeron que el resto eran unos insolidarios y unos jetas. Sí, también como suena. Y para el que no esté en el mundo, jeta en esta parte de Andalucía, y creo que en el resto del mundo también, se dice del que tiene mucha cara, del que le echa mucho morro al asunto. Vamos, una perlita en medio de un clima de amabilidad y sosiego. Un remanso de paz, el de la sede de la calle Curtidores.
Siempre pasa lo mismo, la verdad. Resulta que los hermanos mayores se llevan todos los plenos del año sesteando, pensando en mil historias sin meterse excesivamente en nada, dejando pasar oportunidades históricas de cambiar para bien nuestras cofradías, pero es hablar de dinero y todas se suben al carro de una manera espectacular. Y se suben por las bravas, a empujones, sin pensar (y esto lo he tenido que denunciar en más de una ocasión en el último año) que nos representan.
Y cuando uno acepta un cargo que implica la representación de un colectivo, debería ser consciente de la responsabilidad que está asumiendo, ya sea a puerta cerrada o con un micrófono en la plaza del Arenal. Defenderán que si gritan, insultan o menosprecian en el pleno es precisamente por defender los intereses de su cofradía, pero no dejen que les engañen. Quien así defiende una idea, o no está preparado para el cargo que ha asumido, o no tiene ni puñetera idea de palabras como educación, civismo, caridad cristiana o talante, todas ellas absolutamente imprescindibles para poder gestionar una asociación religiosa.
Seguramente se preguntarán qué se debatió en el pasado pleno que fuera tan importante. Es sencillo: el reparto del dinero generado por los palcos y sillas de la Semana Santa y los diferentes ingresos atípicos, pocos, que pueda generar la Unión de Hermandades. Mediante votación secreta, las cofradías aprobaron que sólo las hermandades que hacen estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral pasando por la Carrera Oficial reciban la subvención, lo que deja fuera a la hermandad del Resucitado, que hasta ahora recibía una parte proporcional, a las hermandades de penitencia que no hagan estación de penitencia a la Catedral como la Paz o la Humildad y Paciencia y al resto de hermandades de gloria, lo que incluye al Rocío, Caballeros de la Orden del Carmen o Rosario de Capataces y Costaleros.
Parece sensato pensar que al no generar los ingresos, no tengan que recibir los beneficios posteriores. Pero creo en la pertenencia a una asociación con todos los derechos y deberes que esta conlleve, y en el caso de las cofradías antes nombradas, deben acogerse a la normativa diocesana y cumplir con los preceptos que le pone la Unión de Hermandades. Porque que yo sepa, el horario e itinerario de las cofradías del Sábado de Pasión viene con sello de la Delegación Diocesana y del Consejo Local de Hermandades y Cofradías.
Así que abogo por una nueva relación de estas hermandades con el Consejo, creando unos presupuestos especiales, con partidas de gastos e ingresos para ellos que les permitan sentirse parte de la Unión de Hermandades. Abogo por eso, y por un poco de educación y respeto. Porque a gritos, y con insultos, es realmente complicado conseguir nada.
(Artículo publicado el 21 de junio de 2009 en LA VOZ. Foto: LA VOZ)

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