COFRADEMANIA

lunes, 20 de julio de 2009

¿Aquí cuando se recoge?


Las cosas dependen del lugar desde el que se miran. Posiblemente, si usted vive en el centro de la ciudad, llega a última hora de la tarde cansado a casa y se encuentra de bruces con la procesión del Carmen, lo último que haga sea bajarse para contemplar la portentosa estampa de la Reina del Carmelo. Ahora bien, si usted tiene un negocio de hostelería en el centro de la ciudad, y sabe que por su calle o por alguna cercana pasa la procesión más importante de todo el verano, seguramente le vea otro color a la historia. De la misma manera, no es lo mismo el que viene a la ciudad expresamente a ver la procesión, que los hay y muchos, que el que sale desde su casa a tomarse una tapa con una cerveza mientras de camino sigue las evoluciones de los Caballeros de la Orden del Carmen. Sin embargo, hay una cosa innegable. Una procesión cambia por completo la estructura de una ciudad; bares a reventar, obras paralizadas para que nadie caiga en los socavones, negocios abiertos hasta la hora en la que pase la procesión, cortes de tráfico y modificaciones en el sentido de las calles... En fin, una batería de medidas que intentan, en la medida de lo posible, paliar los posibles inconvenientes que toda procesión tiene. En cualquier caso, nuestro consejo es la paciencia y, si se cruza con una procesión, bájese del coche o salga del establecimiento y disfrute de una de las señas de identidad de esta región andaluza. Y compruebe cómo puede cambiar una ciudad.
(Artículo publicado en LA VOZ, el 19 de julio de 2009. Foto: Esteban)

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