COFRADEMANIA

domingo, 2 de agosto de 2009

La Sentencia... ¿sentenciada?

Me parece que es una diferencia de conceptos, no de dinero. Y quizá ahí radique el principal problema de la cuestión. Lo cierto y verdad es que la Banda de la Sentencia, la más mediática de cuantas agrupaciones musicales tenemos en Jerez, y la hermandad de la Yedra, una de las más populares de la ciudad, no consiguen llegar a un acuerdo que les una para la próxima Madrugá. Y no es un rumor, sino un hecho contrastado por ambas partes.
Por un lado está la postura de la banda, que acaba de cerrar la programación completa del año que viene con contratos con el Resucitado de El Puerto, el Soberano Poder y las Viñas o la Borriquita de Puerto Real, con comunicado de prensa incluido indicando los días (pocos) que le quedan libres por si alguna hermandad más estuviera interesada. Y entre los contratos cerrados para la próxima Semana Santa no está el de su hermandad de la Yedra tras el misterio de la Sentencia y Humildad, el mismo que le da nombre a la banda.
Como la gran mayoría de formaciones musicales, la Sentencia ha tenido problemas para ensayar, ya que los ruidos por tocar al aire libre día sí y día también han provocado unas denuncias que han aconsejado a la banda alquilar un local para poder ensayar, con un coste aproximado de 300 euros mensuales que antes no tenían en sus presupuestos. Si no me fallan las matemáticas, 3.600 euros al año, sin sumarle los gastos de luz o agua que el local pueda generar.
La banda de la Sentencia le ha pedido a la hermandad que le ayude a pagar este alquiler, ya que toca desinteresadamente tras el paso de la Sentencia y tras el Rosario de la Yedra, lo que supondría a la hermandad unos gastos que no están metidos en ningún presupuesto, amén de quitar el condicionante de banda de hermandad a la de la Sentencia, puesto que pasarían a cobrar dinero por prestar sus servicios.
Ponerse en el mercado es lo que se piensa desde la hermandad que ha hecho la agrupación. Porque para ellos es inconcebible que una banda que se llame a si misma de hermandad pueda exigirle a su propia cofradía que le pague unos gastos. Ayuda, toda la del mundo. Mediante conciertos, venta de lotería, compra de instrumentos... Ayuda, repito, toda la del mundo. Pero destinar parte del presupuesto de la cofradía para la banda, parece ser que por ahora es complicado por la Plazuela.
Así que las posturas están bien distantes ahora mismo, y será la primera gran decisión (junto con la de los capataces, claro está) que tendrá que tomar el nuevo hermano mayor electo de la cofradía, Ildefonso, que se ha encontrado con esta papeleta nada más acceder al cargo. Y mientras tanto, los rumores empezarán a crecer como la espuma, cuando la realidad, la única realidad, es que lo que hay es una diferencia de conceptos, de criterios. En el seno de la hermandad no se comprende que una parte de la propia corporación pueda exigir nada, puesto que entonces tendrían que atenderse los problemas de absolutamente todos los hermanos o sectores de la cofradía, algo absolutamente imposible, y menos en los tiempos que corren. Y desde la banda no se comprende que la hermandad no les destine una partida económica que les ayude a paliar los cuantiosos gastos que una banda origina, como son compra de instrumentos, material diverso, desplazamientos, alquiler del local...
Posturas distantes, como decía, puesto que la hermandad no controla ni gestiona los ingresos que tiene la banda, por lo que parece ahora para la Junta de Gobierno poco apropiado pedir dinero para cuadrar los gastos que la banda genera. La solución, en pocos días. Y no entro en nada más, porque eso sí que son rumores... Pero bien fundados.
(Artículo publicado en LA VOZ, el 02 de agosto de 2009.)

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