COFRADEMANIA

domingo, 28 de junio de 2009

¿Eres pontificia? ¿Seguro?


La hermandad del Prendimiento, casi sin proponérselo, ha abierto un debate en la ciudad al convocar un ciclo de conferencias debido al primer centenario de su nombramiento como hermandad pontificia. ¿Para qué nos sirven los títulos si luego no nos preocupamos siquiera de lo que significan?
En el caso de la hermandad del Miércoles Santo es digno de alabar el esfuerzo que han hecho para conmemorar esta efeméride. Desde la presentación de un cartel, pasando por un ciclo de conferencias y una posterior convivencia del resto de hermandades pontificias de la ciudad. Pero posiblemente, pocos sepan que el título de pontificia ha sido uno de los que históricamente más importancia han tenido, y también, por qué no decirlo, uno de los más rentables.
Son hermandades pontificias las especialmente vinculadas a cierto Papa o implicadas con las directrices de cierto pontificado. Esta distinción, este título, conllevaba en la antigüedad la vinculación a algunas de las Basílicas más importantes de Roma. Por tanto, el título de pontificia era uno de los más envidiados debido a las especiales gracias que concedía a las hermandades que lo poseían.
De hecho, al estar agregadas a las basílicas mayores romanas, las cofradías compartían las indulgencias y las gracias de estos templos italianos, lo que, entendido en el contexto histórico adecuado, evidencia la importancia que ha tenido en las hermandades y cofradías de nuestra ciudad tener el título de pontificia.
Evidentemente es en otras ciudades como Sevilla donde esto se vivía de manera más intensa, debido a la antigüedad de las hermandades que componen la Semana Santa sevillana. Así, se puede entender sin dificultades que las iglesias que tenían una hermandad pontificia gozaban de mayor público en las misas dominicales, ya que tenían las reducciones de penas en el purgatorio y las gracias espirituales concedidas por la Iglesia romana. A mayor público, mayores ingresos. A mayores ingresos, mayor esplendor de las propias cofradías...
Años después, ser pontificia ha quedado relegado a un segundo plano, aunque las cofradías se esmeren en recuperar los brillos históricos que tuvieron. Así, pontificias en la ciudad son el Prendimiento, el Santo Crucifijo de la Salud, que luce este título el primero de todos ellos al igual que la hermandad de Jesús Nazareno, el Cristo de la Expiración, la Soledad y la Piedad. Curiosamente en el Viernes Santo jerezano se congregan cinco de las seis hermandades pontificias que hay en nuestra Semana Santa.
Y si vemos los nombres de las cofradías, entenderemos que ser pontificia no es un título cualquiera. Todas ellas hermandades con solera, todas ellas hermandades con antigüedad, todas ellas hermandades con muchísimos recursos. Así que el intento de la hermandad del Prendimiento por recuperar, o al menos mostrar, el orgullo por tener esta distinción en el título de su hermandad debería tener un análisis serio, meditado y conjunto del resto de cofradías.
Ser hermandad pontificia es estar más cerca que ninguna otra del Santo Padre, y de las doctrinas de la Santa Madre Iglesia. Y contra los ataques que sufre la Iglesia y la figura del Papa deberían pelear con todas sus fuerzas estas hermandades. Mucho antes de querer hacer banderas pontificias o funerales simulados. Mucho antes que todo eso. Ser pontificia merece un respeto. Pero el respeto, como todo en esta vida, hay que ganárselo.
(Artículo publicado en LA VOZ, el 28 de junio de 2009. Foto: Cristóbal)

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